miércoles, noviembre 24, 2004

Lengua a la vinagreta

El Congreso de la Lengua. Nunca mejor bautizado, si se tiene en cuenta lo que se comieron Kirchner y los reyes, pavita entrerriana y no se qué bicho del Sur regado todo por un champagne español de puta madre. Puta es una palabra que aparece en el diccionario de la Real Academia, y que fue usada esta semana por el mismísimo secretario de Cultura de la Nación, Torcuato Di Tella, al referirse al manejo discrecional que hacen algunos políticos con los cargos públicos. Una curiosidad: en la última oración aparece una coma antes de la conjunción copulativa "y" (cabe aclarar que lo de puta no tiene nada que ver con lo de copulativa en esta oportunidad). El de la coma antes de la y griega es un caso de la gramática castellana que le pone los pelos de punta a más de uno. Sobre todo a cierta señora que conozco, que no voy a decir quién es pero que anda cerca. Tibio tibio. La señora insiste en que NUNCA (así, NUNCA) se pone coma antes de y. Lo dice con un tono de autoridad que ni Cervantes. Como si supiera. Señora ella muy respetada, muy sanjuanina en sus cosas. Le preparo una lista con todas las normas donde dice que sí se puede poner coma antes de y, pero la señorona insiste con su gramática personal. No me molesta tanto su academicismo de Girasoles (N de la R: texto de lectura para tercer grado, Editorial Estrada, 1943) como su actitud prepotente y arrogante para querer imponerlo, actitud típica de un devenir emperifollado y de chucherías de bijouterie plástica y vestidos azules con plumas y descubrimiento de placas en el Club y presentación de libro en el café Nosecuanto y té de la bondad en el chalet de la Chunchuna y probate aquellos bocaditos, no sabés lo que están. Los pelos de punta, me pone. Me refugio en el templo Traful, y allí leo a J.M. Coetzee (otra vez coma antes de y). Ella nunca va a leer Coetzee. Ja. Quizá lea Bucay, o hasta San Agustín, pero nunca Coetzee. Coetzee fue premio Nobel de Literatura en 2003, y en una sola página de su libro Infancia encuentro por lo menos cinco comas antes de y. Más tarde busco en internet el sitio de la Real Academia. "Puede ir coma delante de las conjunciones cuando las sigue una frase que expresa una idea distinta o complementaria", dice allí. Y que "se encierran entre comas o se preceden de coma los incisos explicativos que interrumpen momentáneamente el curso de una oración". José Saramago, otro premio Nobel adepto a las comas antes de y, dijo al llegar a Rosario esta semana que, si uno no se perfecciona en el manejo de la lengua, "acabamos mal: escribiendo mal, hablando mal y, en consecuencia, pensando mal". Es decir que esta señora muy aseñorada debe pensar como escribe. Está bien, me digo entonces, es su problema. Pero nuestro problema, el de todos nosotros, es que haya gente prepotente, arrogante y muy poco humilde que, producto de su ignorancia, nos quiera imponer falsedades. Y ojo, porque de esas lenguas bífidas y sibilantes hay en todos lados. Ya lo dijo Di Tella esta semana.

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